Hija finalmente te has convertido en una mujer, sin embargo, para siempre serás la niña de mis ojos.
Eres una preciosa princesa que brilla en medio de este mundo, tus actos, tus palabras, tu sonrisa, tus virtudes y tú buen actuar, todo brillará porque en los caminos correctos siempre andarás.
De pronto no he encontrado la manera de decírtelo, pero quiero que sepas que mi corazón se siente muy orgulloso de ti.
No te has dado cuenta, pero para mí, que seas mi hija, es el regalo más grande que Dios me pudo dar.
Aunque ya sientas que quieres volar con tus propias alas recuerda y nunca olvides que hoy y como siempre estaré a tu lado para apoyarte en tu vida.